El termofijado es un proceso que se aplica, sobre todo, en tejidos planos sintéticos, de naturaleza termoplástica. Su función consiste en fijar ciertas características sobre el soporte textil, de forma que estas propiedades permanezcan incluso después de aplicar nuevos procedimientos, tales como los de lavado, teñido o secado.
¿Qué propiedades puede aportar el termofijado en los tejidos planos?
El proceso de termofijación puede realizarse de diferentes formas, según los requerimientos particulares de cada tejido y los resultados que a partir del mismo se buscan obtener.
A grandes rasgos, sin embargo, podemos afirmar que se trata de un procedimiento diferenciado mediante el cual es posible aportar estabilidad dimensional al material y, también, manipular ciertos aspectos como la textura y el peso.
Una de las principales razones por las cuales se realiza un proceso de termofijado, por ejemplo, es evitar el encogimiento excesivo del tejido, o bien la quebradura de sus fibras, en la instancia posterior de teñido.
De hecho, este proceso puede aplicarse no solo sobre tejidos planos sino también sobre hilados. En este caso, el objetivo principal es aportar la rigidez necesaria para obtener, luego, teñidos más parejos.
Ya sea que aplique sobre tejidos o hilados, hay tres aspectos fundamentales que intervienen en un proceso de termofijación: la temperatura, el tiempo y la tensión que presenta el propio tejido/hilado a tratar.
Estos, nos permitirán identificar las condiciones necesarias bajo las cuales debe desarrollarse el proceso y, asimismo, cuáles son los resultados que podemos lograr en cada soporte textil en particular.
Termofijación: ¿qué variables intervienen?
La estabilización de las fibras que permite efectuar un proceso de termofijado puede lograrse a partir de vapor, aire seco o agua. Cualquiera sea la fuente que se utilice, también es importante estudiar los valores de ablandamiento, fusión y enfriamiento del tejido involucrado.
Todos estos aspectos nos permitirán establecer los tiempos y temperaturas bajo los cuales debemos efectuar la termofijación, ambos imprescindibles para desarrollar correctamente el tratamiento.
Si bien existen guías de valores al respecto, en todos los casos es importante contar con pruebas o ensayos previos, de modo de poder ajustar los mismos al tipo de tejido que estamos manipulando en cada oportunidad.
Cuando se somete un tejido plano a un proceso de termofijado con parámetros de tiempo y temperatura específicos se obtiene, asimismo, un grado determinado de cristalización y orientación de las fibras que lo componen.
Como consecuencia de esto último, es posible controlar la estabilidad dimensional del tejido y alcanzar encogimientos residuales definidos en posteriores etapas de su procesamiento.
Cuando los tejidos planos son sometidos a un proceso de estas características, el soporte textil pasa por una serie de fases básicas: 1) Calentamiento (hasta la temperatura de fijación elegida); 2) Filtración térmica (el calor atraviesa las fibras del tejido hasta que todas las partes de este hayan alcanzado en forma uniforme la temperatura de fijación establecida); 3) Estiramiento; 4) Enfriamiento.
¿Conocías la importancia del proceso de termofijado?
Sin duda, este es uno de los procesos más importantes si queremos obtener tejidos e hilados de excelencia. La termofijación influye significativamente en las condiciones futuras de manipulación del soporte textil y, con ello, en los resultados que podamos obtener en los diferentes procesos posteriores.
Para garantizar a cada uno de nuestros clientes productos con las propiedades específicas que este necesita, en Tecotex aplicamos criteriosos procesos de termofijado. ¡Contactanos para conocer nuestra amplia variedad de hilados y tejidos planos disponibles!
Seguí leyendo: ¿En qué se diferencia el proceso de sanforizado?