El lavado en la industria textil, ¿cuándo y cómo se realiza?

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lavado

Durante la producción de tejidos planos, diferentes procesos técnicos se aplican sobre los soportes textiles. Cada uno de estos pasos, entre los que se haya incluído el proceso de lavado, cumple una función específica y permite obtener un producto final de calidad, con todas las propiedades deseadas.

En esta oportunidad, recuperamos los principales aspectos que intervienen en la limpieza y preparación de los tejidos para nuevos y posteriores procesos de elaboración.

Proceso de lavado en la industria textil: principales características

El principal objetivo del lavado de tejidos es limpiar y relajar las fibras que los conforman. Se busca, fundamentalmente, remover todo residuo, mancha o material no deseado. Así como, también, librar a las piezas de las tensiones impuestas durante los procesos previos de urdido.

De esta forma, el tejido adquiere estabilidad dimensional. Un factor decisivo para el posterior tratamiento de la tela, ya que permite alcanzar encogimientos residuales definidos en las siguientes etapas de su procesamiento.

Asimismo, se elimina cualquier resto de impurezas o sustancias presentes, como pueden ser aceites sintéticos, asistentes usados en la hilandería, engrudos u otros lubricantes. 

Telas como el algodón, por ejemplo, generalmente vienen cargadas con sustancias de origen graso que es necesario remover para obtener un producto final óptimo. Además, la propia manipulación de los tejidos hace que estos absorban polvos o restos del ambiente.

El procedimiento consta de dos fases básicas: lavado y enjuague. Los períodos de tiempo estarán sujetos, en cada caso, al peso por metro del tejido. No obstante, es usual que todo el tratamiento demore entre 90 y 150 minutos. 

En caso de que el proceso de lavado se aplique sobre tejidos ya teñidos o estampados, también puede incorporarse ácido fórmico o acético. Esto permite que los colores y los contrastes del diseño recuperen su brillo original. 

¿Lavado húmedo o en seco?

El proceso de lavado en seco está, en efecto, orientado a purificar, limpiar y quitar manchas de la tela pero, en este caso, el tratamiento es realizado mediante la aplicación de disolventes químicos.

El solvente así creado puede actuar tanto en tejidos naturales como sintéticos. Al integrarse, actúa sobre los mismos, disolviendo y dispersando las impurezas y suciedad de las piezas. 

Para el lavado húmedo, en cambio, se utiliza maquinaria específica. Según el grado de delicadeza del tejido involucrado, puede optarse por equipos menos agresivos. Además, las piezas pueden lavarse extendidas o bien por cuerdas.

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